“La embolización arterial es una técnica en auge por sus buenos resultados”
El Hospital de León es pionero en realizar esta opción terapéutica para tratar la capsulitis adhesiva
La capsulitis adhesiva, conocida comúnmente como ‘hombro congelado‘, es una patología frecuente que afecta, sobre todo, a pacientes que trabajan en profesiones como la hostelería o en los cuidados, mayormente a mujeres de entre 40 y 50 años. Su prevalencia es de un dos a un tres por ciento en la población general. La embolización arterial, una opción terapéutica que se implantó por primera vez en España en el Hospital de León, es una opción mínimamente invasiva y eficaz para tratarla.
Así lo explican Ana Fernández, radióloga intervencionista, y Joaquín Rodríguez, especialista de Medicina Física y Rehabilitación en este hospital, quienes están familiarizados con ella.
“En pacientes que realizan siempre el mismo ejercicio con el brazo con el tiempo se van generando microrroturas en la cápsula de la articulación”, explica Fernández. Eso hace que la cápsula ensanche más de lo que deba y aparezca la fibrosis.
“Esa es la causa de que esté ocupando más espacio del que debería. Por un lado, nos impide moverlo correctamente, porque deja de tener espacio para que un hueso articule con el otro, y por otro, porque ese tejido que se genera y que sobra estimula las fibras nerviosas de esa región, lo que provoca dolor“, prosigue.
Una nueva opción
“Hasta ahora, la única opción que teníamos de tratamiento era la cirugía. Es decir, abrir la articulación y hacer una limpieza de la cápsula. Con la embolización logramos que la cápsula vuelva a adelgazar y vuelva a la normalidad”, asegura Fernández.
Esta técnica ha supuesto evitar la cirugía y sus posibles complicaciones. Los pacientes deben haber hecho un tratamiento rehabilitador y de Fisioterapia antes. Si el problema persiste, se procede a realizar la embolización arterial, una intervención que se hace de forma ambulante.
“El mayor beneficio -apunta Rodríguez-, además de que obtenemos muy buenos resultados finales, es el acortamiento de los plazos de recuperación“. Dos o tres días después de realizarla, comienzan con la terapia intensiva de rehabilitación. Rodríguez señala que a las dos o tres semanas el paciente puede estar ya “bastante recuperado”, cuando antes se tardaba hasta cuatro meses.
El Hospital de León, pionero en la técnica
El Hospital de León ha sido el primero en España en utilizar esta técnica y el único que la tiene, a día de hoy, en Castilla y León. Todo gracias a Óscar Balboa Arregui. Desde que este especialista la implantase, se la ha practicado en un total de 65 pacientes.
“Últimamente hemos estado presentando un estudio sobre 50 de ellos en diferentes congresos. Son los que llevan más de un año de control”, explica Fernández. El objetivo es que los compañeros sepan si funciona a largo plazo, si el problema vuelve a repetirse y cuántas veces hay que realizar el procedimiento.
Y el resultado es que, de momento, de esos 50 ninguno ha recidivado ni ha tenido que someterse a más de una sesión. Seis de ellos tuvieron que someterse a una cirugía porque el tratamiento no fue lo suficiente definitivo. Y de esos seis, a dos no les funcionó el tratamiento, por lo que no aportaron ni beneficio ni perjuicio. Los otros cuatro consiguieron mejorar, pero no lo suficiente como para que volvieran a dedicarse a la misma labor. Había disminuido el dolor y aumentado su movilidad, pero no habían conseguido una recuperación completa.
“Ahora ya hay otros hospitales de España que están empezando a implantar esta técnica entre sus servicios y la verdad es que los resultados están siendo muy buenos”, asegura Rodríguez. “Está en auge. Hay que estar orgullosos de que el Hospital de León haya sido el primero en utilizarla y de que sean otros hospitales los que nos tomen como referencia“, concluye.
Fuente: Redacción Médica